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Jerónimo, Cosío Villegas y Carlos Fuentes (página 2)



Partes: 1, 2

 

Aunque nos duela mucho, dice
Jerónimo, los USA se han convertido desde
1835 en el Kleenex de México,
sin el cual, el gobierno no puede
vivir.

Santa Ana inició la forma de gobernar que sigue
vigente hasta la fecha: gastar más de lo que se tiene. Y
los "amigables" gringos, siempre tenían y tienen "el
dólar listo para ayudar". Además, no sabemos por
que artes o artilugios, Santa Ana reconoció una deuda externa
bastante considerable (sin duda contraída anteriormente
por España y/o
por Iturbide).

Así, que la Presidencia de México, siempre
tiene, ha tenido y tendrá, dos problemas: una
deuda externa "enorme" y un gasto mucho más alto que los
ingresos. Esos
ya son parte integrante "de la silla presidencial".
Además, están otros problemas que van
modificándose conforme se hacen o dejan de hacer las
labores de gobierno y se cumplen o dejan de cumplir, diversos
objetivos y
prioridades de cada Jefe del Ejecutivo.

En la época de Santa Ana, dice
Jerónimo, hubo dos grupos
principales que competían por el poder: los
liberales y los conservadores. Los liberales, tenían como
modelo
¿que creen? el sistema
político de los USA, los conservadores, tenían
el control del
Ejército, y de algunos miembros importantes de la industria y el
comercio. Pero
los que tenían "la ‘gran’ lana" en el
país eran "los curas" y los gringos. El mismo Santa Ana
recurría alternativamente a cualquiera de los dos por
"apoyo", y hasta la época de la Reforma, la Iglesia
tenía, desgraciadamente, mucho poder económico e
ideológico, abusando de su posición,
escudándose en la religión del pueblo,
manipulando a la gente con fines totalmente ajenos a su elevada
vocación.

Por una u otra razón, el caos pronto se
"enseñoreó" del territorio. La minería
virtualmente "se acabó", la agricultura
declinó, el comercio y la industria fueron agobiadas por
tarifas, impuestos,
derechos, desleal
competencia del
exterior, bandidaje y una incipiente violencia
política,
que con la complicidad de los encargados de aplicar las leyes, fue
creciendo como "bola de nieve".

La Independencia
de Texas en 1836 ( 2 de marzo ) que terminó en 1845 con la
Anexión ( muy "forzada" por cierto ) de Texas a los
Estados de la Unión, desencadenó una serie de
"movimientos políticos" ( allá y aquí, dicho
sea a favor de algunos –muy poquitos-, ciudadanos gringos
que comprendían la injusticia de la posición de su
gobierno), lo que no impidió que el descontento y
problemas internacionales culminaran con la llamada Guerra
México-.Norteamericana, cuyo resultado neto fue la
intervención militar comandada por Zachary Taylor, la
perdida de gran parte del territorio, los episodios heroicos de
Chapultepec, Churubusco y Contreras y la firma de los Tratados de
Guadalupe-Hidalgo en 1848.

Jerónimo quiere resaltar, que entre
otras cosas, esos infames tratados reconocen la cesión de
California y Nuevo México, y el reconocimiento a la
soberanía de USA sobre el territorio de
Texas, a cambio de
miserables 15 millones de dólares, y además, no
contentos con la humillación, "patrióticamente", un
poquito después, en 1853, se recurre de nuevo a la
venta de lo
que hoy es Arizona y Nuevo México, por otros 10
milloncejos.

Para 1855, un brillante grupo de
liberales, dirigidos por Comonfort, Ocampo y Juárez,
obligan a Santa Ana fuera del poder, pero al encontrarse con una
nación
(y un gobierno ) empobrecido, se les ocurre la idea de que la
Iglesia "venda" sus propiedades y se vuelve a caer en un conflicto
civil armado ( Guerra de Reforma) se "tocan" nervios muy
sensibles y se establecen las condiciones para lo que
después sería la Guerra Cristera.

Como se empezaba a hacer costumbre, las ideas estaban
muy lejos de la realidad, porque en este caso, los campesinos no
tenían "con qué" comprar las tierras que el
gobierno ponía disponibles.

Aunque el ingreso del gobierno Juarista más o
menos se recuperó, la mayor parte de ese ingreso se fue a
sufragar los costos de la
Guerra de Reforma y no benefició en nada a la ciudadanía., pues además, y para
variar, el gobierno "estaba corto de feria", y el mismo
Juárez andaba en "el carruaje" con todo y archivos y sin
dinero,
llevando las presidencia de un lado para otro. Los "de la
oposición", que en esa época eran los
conservadores, no estuvieron de acuerdo con muchas cosas del
gobierno "liberal" ( la Constitución de 1857, la política
anti-religiosa, entre ellas) y buscaron "ayuda" en Europa, dando
lugar a la Intervención Francesa, con el infortunado
Maximiliano y todo ese embrollo. Se empezaba a "gestar" un
descontento social y a notarse una muy marcada mala distribución de la riqueza y la tendencia
al "abuso" del poder, sin que el gobierno se diera cuenta o
hiciera nada para remediarlo.

(aprovechando el tema, Jerónimo
quisiera saber porqué se le denominó
Benemérito a Juárez, quien lo ‘propuso’
y como fue que los mexicanos ‘aceptaron’ esa
denominación; no porque le importe sino porque la
‘idea’ tiene toda la traza de ser extranjera, a
ningún mexicano se le ocurriría la peregrina idea
de nombras alguien Benemérito de la Uropas).

Los liberales cometieron muchos errores, pero,
"hicieron" muchas cosas, (no como ahora), y los que se pueden
llamar aciertos fueron , principalmente, la destrucción
del inmenso poder del ejército, de la iglesia y de otros
elementos ("conservadores"), y con el capítulo nebuloso de
Maximiliano, y la inflexible actitud de
Juárez al respecto, iniciaron un sentido "nacionalista"
desconocido hasta entonces. Y afortunadamente para el
país, Juárez se murió, porque iba para
dictador volando.

Los sucesores de Juárez vacilaban, dando
"bandazos" de uno a otro tema, sin "dar una", "apagando incendios"
hasta que surge en 1876 Porfirio Díaz que
gobernó hasta 1911 (Jerónimo
quiere que por favor noten el énfasis que pone en la
palabra gobernó, pues en su opinión hasta
Díaz Ordaz, ningún otro presidente ha gobernado,
sino ha reaccionado ante las circunstancias, lo que es muy
diferente)

Aunque a muchos no les guste, durante le época de
Don Porfirio, México emergió como un nuevo
México, se estableció un orden, se instauró
un gobierno. Terminó la guerra civil y eventualmente,
hasta los bandidos desaparecieron del panorama. Se
profesionalizó al ejército. Se volvió hacia
Europa en busca de apoyo y cultura, (tal
vez, para algunos pueda considerarse como error que no
acudió a los USA, pues los consideraba un peligroso vecino
y un "ventajoso" aliado). Inversiones
extranjeras de Europa empezaron a fluir al país y de
alguno que otro gringo que "se subieron al carro". Los resultados
fueron impresionantes: las exportaciones y
el ingreso nacional crecieron, se construyeron nuevas carreteras,
líneas férreas y telegráficas cruzaban el
territorio nacional. Nuevas industrias
iniciaban operaciones. Se
revivió la minería, y se crearon campos
petrolíferos en Veracruz y sus alrededores. La cultura
francesa positivista se puso de moda en
México, (Jerónimo no sabe si eso fue
bueno o malo, pero de cualquier forma "ampliaba el horizonte").
El periodismo
floreció y las "mejores plumas" escribían en los
diarios de la Capital.

Para alcanzar esto, Don Porfirio gobernó con mano
dura (pero gobernó), y en su estilo de gobierno
llevó los gérmenes de su propia destrucción.
Su continuismo en el poder, fue un mal necesario para lograr la
continuidad en las obras y las acciones de
gobierno (así lo reconoció él mismo,
años después en Paris). Desconocía los
problemas del campo pues siempre fue militar y no se ocupó
de los campesinos.

Poco a poco se creó un resentimiento hacia "los
nuevos ricos", porque la mayoría de la población rural seguía empobrecida y
sin vías de salida como no fuera " ir a trabajar" para los
latifundista o para las empresas
extranjeras que los explotaban aduciendo su falta de
conocimientos, y se hablaba de "entreguismo a los capitales" y a
los " extranjeros". Se empezó a "sentir" una
dominación de la "plutocracia" y el poder del dinero
llevaba aparejado el poder político, y la
"posición" social. Empezó a desarrollarse una
"clase media",
pues los "pobres" tenían hacia donde "ir" gradualmente.
Lástima que solo había oportunidades en las
ciudades. El campo empezó a rezagarse.

Una nueva generación de jóvenes
políticamente ambiciosos, resentía los 30 y tantos
años de permanencia en el poder de Don Porfirio, y ese fue
el detonador de una nueva inconformidad: la permanencia en el
poder, la reelección., y nótese, no, repetimos no,
el bienestar de la mayoría de la población. Ese
bienestar sería, tal vez, una consecuencia, no fue un
objetivo.

Madero, un joven de familia
acomodada, de ocupación farmacéutico, espiritista e
iluso visionario, tenía el tiempo, los
recursos, los
contactos y demás elementos para organizar un movimiento
político efectivo y disputar el poder a Don Porfirio.
Empero, mal aconsejado por los espíritus y algunos de sus
‘seguidores’, aceptó el apoyo de los USA que
veían con mucho recelo los éxitos del
régimen porfirista, despreciaban a don Porfirio (primero
por "ser indio", segundo por ser exitoso), aunque su pretexto y
"fachada" fue que no les gustaba para nada la "falta de democracia" en
el país. Madero, inició su campaña bajo el
lema Sufragio
Efectivo, No Reelección. Don Porfirio "arregló" los
resultados de la elección y Madero "se levantó en
armas" y
ahí –se dice- se inició la mal llamada
revolución
mexicana, con los gringos una vez más, metidos en
donde no tenían nada que hacer.

Jerónimo quiere aclarar en este
momento, que nunca ha estado de
acuerdo con que al movimiento opositor de Madero y a lo que
siguió después, se le denomine Revolución
Mexicana, pues, en su opinión,
(muy respetable como la de los que opinan en contrario), fue una
"revuelta" que tenía simplemente la finalidad de "quitar"
a Díaz del poder. Y lo que siguió después,
fue una serie de disputas personales por el mismo objetivo:
ocupar la Presidencia, acompañadas de la
"justificación ideológica {los que lograban
fabricar una} o el pretexto" de la búsqueda de mejores
condiciones de vida para la mayoría.

Madero, en opinión de
Jerónimo, puede ser calificado como un
"moderado" que no buscó muchas reformas sociales ni
cambios drásticos, quería una continuidad en las
obras, no en la persona y
tenía una visión social diferente a la de Don
Porfirio, aunque nunca comprendió en su totalidad las
necesidades de las comunidades campesinas, de las que,
además, estaba muy lejos por ser terrateniente. Tampoco
entendió las necesidades de la población urbana,
pues no estuvo en contacto con ellas, más que a
través de sus discursos de
campaña.

Fue considerado por sus propios compañeros como
una persona "débil", como un gobernante indeciso y sin
coherencia, un visionario, soñador y fantasioso, poco
práctico, y su debilidad le creó enemigos y
dividió "las fuerzas revolucionarias"…..aunque no
les guste esta explicación a ochos modernos
‘politólogos’. De sus propias filas,
surgió un general, Victoriano Huerta, que encabezó
el movimiento en contra de Madero, terminándolo con
brutales asesinatos. Jerónimo se pregunta
¿en donde estaban los Rambos de aquel tiempo, protectores
y vengadores?

Y ahí empezó el desorden, Madero fue
asesinado, Orozco, Carranza, Zapata, Villa, Obregón, etc.,
cada quien "hizo su luchita", cada quien tenía sus
partidarios, sus simpatizantes, sus seguidores y una "bola" de
gente que veleidosamente, andaba con el que le quedaba mas
próximo, o llegaba primero a las poblaciones y
"rancherías". Además, muchos de los pobladores, se
escondían por temor a los asaltos, despojos, violaciones y
la muy repudiada "leva". Que no nos cuenten que fue un movimiento
organizado y muy digno.

Los caudillos, muy "listos", cada uno por su lado,
hábilmente, "negociaban" con el gobierno de los USA para
en primer lugar, obtener armas y dinero para "hacer su patrimonio" y
si alcanzaba, pagar a sus tropas, y en segundo lugar para obtener
su apoyo en su "lucha" contra el usurpador Huerta, o contra
cualquier otro que fuera su "enemigo". Para los USA fue muy
fácil, "proteger" a todos (o casi todos, pues ya
había ayudado a Madero y "congelado" inexplicablemente a
Flores Magón) y a cambio de quien sabe que ofrecimientos y
concesiones, tenía "observadores" en todos los campos y
con todos los rijosos, y les proporcionaba armas y municiones (
algunas de deshecho) pero que de todas maneras, resultaban mas
amenazantes que picos, palas y palos o piedras con los que
atemorizaban a quien se cruzara en su camino. (John Reed fue
quizá el más conocido de esos "observadores", (a lo
mejor, por los "cuernotes" que le ponía su "peregrina"
vieja).

Los rijosos no buscaron una justificación
ideológica para "su movimiento", pero no faltó
quien se la ofreciera y el que no pregonaba "tierra,
libertad, o
cualquier otro ‘slogan" apoyado por campesinos
desposeídos o sin propiedad, se
amparaba en el "constitucionalismo", con soldados descontentos y
ansiosos de poder, y otros "slogans" parecidos o semejantes., en
los que hasta ex bandidos muy conocidos forman "su ejercito" y se
lanzan "a la bola". Y se viene un desorden tal, que todo el
país se conmociona.

Al fin de cuentas, en 1915,
los USA, por quien sabe que razón, "reconocen" a Carranza
como Jefe de un gobierno "de hecho" (no de derecho) pero no por
eso, la lucha deja de existir. Zapata continúa en sus
correrías, hasta que es traicionado y asesinado en 1919.
Villa, negocia un "perdón y amnistía" y se retira a
trabajar un ranchito en Parral, hasta que también es
asesinado en 1920. Y así poco a pocos van "muriendo" los
revoltosos originales… o los van acabando.

Carranza, primer jefe constitucionalista, mientras
tanto, convoca a un Congreso en 1917, y reforma la
Constitución de 1854, elaborando una nueva, la muy
modificada pero vigente hasta ahora., y dicho sea de paso, muy
‘repudiada’ y atacada en su tiempo por la cantidad de
‘errores’ y fallas que tenía y sigue teniendo.
Obregón, nada contento por quien sabe que oscuras razones,
organiza un "golpe" militar y depone a Carranza ocupando su lugar
como Presidente. Carranza "andaba huyendo" cuando en
Tlaxcalantongo es arteramente asesinado.

Obregón a su vez, poco más tarde, es
baleado en La Bombilla, restaurante de la Ciudad de
México.

Luego vienen Plutarco Elías Calles, Portes Gil,
Ortiz Rubio, Rodríguez, Cárdenas, y Ávila
Camacho como militares emanados de las "filas revolucionarias"
organizados por Calles en el Partido de la Revolución
Mexicana que actualmente es el PRI, y que tiene entre otros, el
mérito de haber colocado en la silla presidencial a sus
candidatos, aunque se cuestionen casi todos los procesos
electorales hasta hoy.

Jerónimo insiste en lo impropio del
nombre de Revolución, pues por lo que el sabe y lo que
cree, fue una serie sucesiva y simultánea de pleitos entre
generales, caciques, caudillos y personajes de la época
que estaban o se sentían agraviados por algo, que tal vez
nunca se aclaró, pero que les dio el pretexto para
"levantarse en armas" a ver que "lograban", con la mira bien
puesta "en la silla".

Jerónimo se apoya en el hecho que
en 1929, Calles llama a los pleitosos y los unifica en un solo
Partido político. Su intención es evidente: dejen
de pelearse entre sí, dejen de combatir unos a otros,
vamos a compartir, vamos a distribuir entre nosotros. El pastel
(representado por "la silla", el congreso y demás instituciones
republicanas) es nuestro, vamos a repartirlo entre nosotros.
Esto, entre otras cosas, representa una minoría que
"manejará" los intereses de la mayoría, obteniendo
múltiples beneficios en el proceso, logre
los objetivos o no.

Prepotentemente, se "apropian" de los colores de la
bandera, prepotentemente, sienten y actúan, como si el
país fuera de ellos, y lo que es peor como si ellos
únicamente, fueran el País.
Jerónimo aclara que aunque puede ser que en
aquel momento el país estuviera "dominado y controlado"
por ellos, eso no los convierte en propietarios, ni les da
derecho a actuar como tales.

Desafortunadamente, esa actitud prepotente, esa
arrogancia de" ganador" los hace torpes, los ha convertido en
miopes que no ven más allá de la nube de incienso
en que se han colocado a si mismos, seguidos por la "bola de
lambiscones" que siempre acompaña al que gana (aunque sea
para recoger migajas o recibir una ‘gorrita’ o
tamales fríos).

Desde su concepción y su nacimiento, el partido
oficial ha llevado consigo los gérmenes de su propia
destrucción : la prepotencia, el abuso del poder, la
impunidad, la
corrupción, la actitud equivocada y
últimamente, se ha desarrollado, inconteniblemente, otro,
la manipulación culpable de la información.

Volviendo a los de los revoltosos,
Jerónimo insiste en que no hubo ni unidad ni
congruencia, que jamás nadie siquiera intentó
darla, hasta que los "oficialistas" pagados por el mismo
gobierno, buscaron otorgarle una fundamentación
ideológica y hasta "crearon" institutos de estudio y
centros culturales para hacer creer que la llamada por ellos
Revolución Mexicana, fue un movimiento organizado,
congruente, fundamentado en principios
sociales de equidad y
justicia.
Cuando a lo mucho fue una serie de reclamos, justos, cierto es,
pero no pasaban de ‘reclamos’ ideológicamente
muy ‘respetables’.

El movimiento iniciado por el joven terrateniente
farmacéutico espiritista, tuvo un solo propósito
central: quitar del poder a Don Porfirio. Se revistió de
un propósito secundario con carácter dual: establecer el sufragio
efectivo (lo que no logró y aun no se ha logrado) y
establecer el principio de la No reelección (que si se
logró, aunque a medias, pues se ‘pasó’
de la dictadura de
una persona por la dictadura de un partido y hasta se
podría decir de un ‘sistema’).

O sea, su éxito
fue: hacer que Don Porfirio renunciara y establecer la No
Reelección como ‘principio constitucional’,
pero por ese logro desencadenó una violencia sin paralelo
en nuestra historia.

Inicia una época terrible de destrucción,
no es capaz de convertir el triunfo en época de construcción, de resarcimiento.
Acabó con el porfirismo, es cierto, pero, y es un gran
pero, con la ayuda de USA que, repetimos, inexplicablemente le
dio su apoyo, a cambio sin duda, de ventajas, para
Jerónimo y muchos de nosotros, desconocidas,
y que continua la trágica historia de nuestras relaciones
con ellos, en las que siempre, como País, hemos "salido
perdiendo", aunque el gobierno en turno y algunos grupos y/o
individuos, se hayan beneficiado
momentáneamente.

De los sucesores, Calles y Cárdenas destruyen el
latifundio, pero así como Madero no construyó la
democracia, éstos tampoco construyeron una nueva
agricultura, y al despojar a los terratenientes, inician el
éxodo de dinero al extranjero por la falta de confianza en
el gobierno y como consecuencia de "arbitrariedades
legalizadas".

Lo de la No reelección, como principio es
saludable, aunque no tanto, pues su aplicación, o al
menos, como lo han aplicado, ha evitado la continuidad necesaria
a muchas obras, y ha propiciado una torpe "planeación" a corto plazo, insuficiente
para proyectos
trascendentes. En la práctica, lo que realmente ha pasado,
repetimos, es que sustituyeron la permanencia dominante de una
persona por la permanencia prolongada de un partido, con lo que
tampoco lograron "dar continuidad "a los programas, pues
cada sexenio, "el que llega", quiere "dejar su huella", y/o se ve
obligado a enmendar y corregir los errores de su predecesor, o,
de plano, decide hacer otra cosa.

Parece haber una irresistible fascinación por
alcanzar el "reconocimiento oficial" haciendo que calles,
avenidas, mercados y
edificios, "sedes" de organizaciones
raras y desconocidas, y hasta jardincitos perdidos en medio de la
jungla de asfalto lleven el nombre de nuestros ex –
gobernantes, o de los "mártires de la patria".

Continuamos… hasta la fecha, ha estado presente el
negro fantasma del Sufragio Efectivo. Desde sus orígenes,
y luego con Vasconcelos, y Almazán, por citar dos de los
más conocidos, hasta las mismas elecciones de Salinas y
Zedillo, se ha dudado de la legitimidad de casi todos los
procesos electorales. Para el ciudadano común y corriente,
el proceso electoral nunca ha sido claro, aun no es transparente,
no se ha alcanzado el Sufragio Efectivo aún.

Por lo mismo, Jerónimo dice que
estarán ustedes de acuerdo que, como quiera que se le
llame, ese período de nuestra historia fue un
período extremadamente violento, de gran violencia y
destrucción y pocas obras y beneficio para la
‘población’. Acabó con toda una
generación de hombres y mujeres, destruyó las
instituciones, combatió a las clases adineradas, hizo
languidecer hasta su casi extinción a la minería,
los transportes, la ganadería,
y la industria azucarera, despedazó al periodismo,
aniquiló a los maestros, creó un enorme hueco de
riqueza y una desconfianza externa, atroz y profunda, hacia todo
lo que "huela a mexicano", y una encubierta desconfianza interna
hacia el gobierno. Aún no podemos reponernos de todo ese
daño.

Después, vino un período de relativa calma
a nivel nacional (más no regional, como los que hemos
vivido y el que estamos viviendo) en que se terminó con el
presidencialismo militar y se inició la era de los
pri-gobernantes "civiles", que, sin embargo, siguieron con las
mismas políticas
y tácticas establecidas por sus antecesores.

Entre otras cosas, es por esa herencia que no
hemos podido superarnos, y el porque otras naciones ven a
México como una nave sin rumbo desde 1910. México
ha estado en crisis desde
que a los espíritus que aconsejaban a Don Panchito se les
ocurrió la idea de "estar cansados" de don Porfirio. Y los
pocos períodos en que la crisis no es evidente, han sido
eso, precisamente eso, períodos en donde la crisis no es
evidente, no períodos en donde no ha habido
crisis.

Cuando la "familia revolucionaria" estaba "de moda",
estaba vigente, tenía autoridad
moral y
política. Sus errores y fallas no se hacían
públicas, se ocultaban o simplemente, se ignoraban… se
fue incubando una impunidad peligrosa y engañosa. En esas
épocas, cuando el gobierno tenía cierto prestigio y
reconocimiento, no era tan importante la "apertura
democrática", ni se pensaba que la oposición
pudiera mejorar lo existente, y con la despreocupación del
ciudadano por la cuestión política, "cobijado" por
una situación económica mas o menos aceptable,
importaba muy poco lo que hacía o dejaba de hacer el
gobierno.

Es más, si algún cambio se "sentía"
necesario, se confiaba, se esperaba, que ese cambio proviniera
del mismo gobierno, pues la "oposición" como tal, no era
más que un nombre representado por algunos idealistas sin
contar con apoyo suficiente ni en afiliación, ni mucho
menos en las urnas, controladas y manipuladas por el mismo
partido oficial.

El cambio, era una ilusa expectativa, reflejo de una
ciudadanía ingenua e ignorante, y además, mal
informada, manipulada, que hoy está pagando muy cara su
despreocupación por las "cosas cívicas" que afectan
a la nación,
y su "dejadez" ha permitido que los gobernantes no gobiernen
adecuadamente y que el país siga siendo "saqueado" por
mexicanos y extranjeros día tras día.

Como ya se mencionó anteriormente, el sistema
surgido de las luchas de principio de este siglo llevaba en si
mismo el germen de su propia destrucción, en donde merece
destacarse la manipulación de la información (por
cierto, único tema que los 4 precandidatos no han "tocado"
preocupados mayormente, por atacarse unos a otros) En tiempos de
Juárez, por ejemplo, y para que no digan que
Jerónimo es Porfirista, había en la
ciudad de México unos 60 o 70 periódicos, que
influían la opinión del ciudadano, ya que en esas
épocas, sí leía, y no se estaba embrutecido
por la tele.

Al caer Don Porfi, los nuevos gobernantes sólo
dan cabida a 2 o 3 periódicos y alguna que otra
revistilla, con una represión brutal a cualquiera que
tuviera el atrevimiento de escribir algo en contra de los
"intereses sagrados del gobierno.", aunque fuera a favor de los
más sagrados intereses de la nación. El
Pri-gobierno se fue creyendo su propia invención de ser
México, pronto, a "todo precio" obtuvo
el "control" de los medios de
información.

Los periódicos, de ser instrumentos doctrinarios,
esto es, que podían educar, instruir y formar
opinión, (impartir doctrina), se convierten, siguiendo el
ejemplo gringo, en "armadores de notas informativas", como lo son
hasta la fecha, con algunas excepciones. Ese aparente simple
cambio, destruye la naturaleza
auténtica del periodismo y lo hace comercial e
informativo, barato e insulso, sin sentido ni misión,
incluso, sin identidad.

Por favor, nos dice Jerónimo, no
entremos en la discusión de las virtudes y defectos de los
periódicos mexicanos pues es evidente que hay bastantes
más que 3, y solo ellos saben cual ha sido su "lucha" por
lograr su continuidad, sólo apuntemos el hecho que hoy
día, la gente "se entera" de las cosas más por la
tele que por otro medio, y hay muy poca opinión o análisis serio, porque los "medios" no se
quieren comprometer a un punto de vista "contrario" al gobierno.
Claro está que en la tele tampoco se hace y por eso hay un
gran vacío cultural y una desinformación
generalizada que conviene perfectamente a las estrategias del
pri-gobierno. Un ciudadano inculto y desinformado, no puede
exigir sus derechos, ni puede ejercer sus obligaciones.

Según Jerónimo, sólo
algunas revistas tienen algo de opinión y hasta parecen
independientes, pero, eso, como dice la gorda, es otra historia.
De los demás medios, ni hablamos por que sería cosa
de nunca acabar, y además, porque alguna virtud deben
tener.

Para Jerónimo está muy claro
que el País ya le quedó grande al gobierno, ya le
quedó enorme al PRI, este partido, ya no es
REPRESENTATIVO, ha dejado de ser POPULAR (en los dos sentidos,
como representante del pueblo y en el sentido de los aceptados y
"glorificados" por el mismo pueblo, como "suyos", como dotados de
"popularidad").

Veámoslo en sólo dos grandes sectores
(pero no los mismos en que el Pri divide). El sector agrario, el
ambiente
agrícola o dicho sin eufemismos, el campo, además
de seguir teniendo problemas jurídicos muy graves, sufre
un abandono ocupacional más dañino aún.
Hectárea tras hectárea sin trabajar. Miles y miles
de hectáreas sobre-trabajadas y con pobrísima
producción.

¿ para que han servido las Secretarías de
Agricultura, Recursos Hidráulicos, de la Reforma
Agraria, organismos diversos, empresas descentralizadas,
paraestatales, Banrurales, fideicomisos, comisiones, Conasupos y
demás "oficinas" encargadas "del campo" Real y
verdaderamente, todas esas "entelequias" sólo han tenido
una utilidad :
proporcionar al gobierno números y cifras con los que
llenar los aburridísimos, solemnes y confusos Informes
anuales que forman parte de las actividades públicas del
Presidente.

Y si algo han logrado, es dar a algunos campesinos la
pequeña satisfacción de ser propietarios de unas
"tierritas" El "adorno" de
entregar certificados de inafectabilidad o títulos de
propiedad es, ha sido y será, otra parte muy importante de
las actividades públicas del presidente. Y si se suma la
cantidad de tierras que se han "entregado" ,
Jerónimo está seguro, se
apreciará que se ha entregado tres veces el territorio
nacional. (que bueno que no ha habido un desocupado que, por
curiosidad, haya hecho la suma exacta de hectáreas
repartidas).

Con la falta de visión y de imaginación
característica, se ha quedado la "cosa agraria", en la
aplicación automática del supuesto que dice que el
campesino-propietario ganará más que
el campesino-asalariado Ser dueño, no tiene nada que ver
con ser eficiente. La propiedad no conduce necesariamente a la
eficiencia.

Sólo se perciben paliativos, y muy débiles
a las situaciones agrarias, no soluciones.
Hace falta más creatividad,
técnica, recursos, apoyo real, no promesas. Y para
acabarla de "amolar" no hay ni honestidad ni
perseverancia, y el "gobierno" tiene tierras "a pasto" en las que
nadie hace nada.

Jamás se debieron haber construido carreteras
para fines turísticos (otra utopía muy costosa de
administraciones "visionarias", que pusieron los centros
turísticos fuera del alcance económico de los
mexicanos) sin antes haber comunicado adecuadamente a las
comunidades agrarias. Primero debe estar la generación de
riqueza, que el "arrancar" la misma al desprevenido
turista.

Si se les dio tierras a los campesinos, se les
debió haber dado los elementos para trabajarlas. La tierra sola
no produce. Lo que se les ha dado, además de papeles y
documentos
inútiles que no se pueden comer, es el pretexto para
emigrar a USA deslumbrados por la falsa esperanza de la
también mal llamada "tierra de oportunidad" a buscar lo
que su propio país y "su gobierno" no le ha podido, no
digamos dar, sino ofrecer.

Como por no dejar, a la "pasadita", crean un abandono
del campo que al gobierno no parece importarle,
ocupadísimo en resolver problemas internacionales con la
"migra" tanto por el trato a nuestros paisanos como por las
broncas de los "ilegales".

Otro sector, es el denominado sector obrero, en donde la
cosa tiene caracteres todavía más "gachos". Cierto
es que cuando empezó Don Panchito con sus cosas, ni
incluyó a los obreros en su rollo (a pesar de haber vivido
los problemas de Cananea y Rio Blanco). La cuestión
obrera, fue incorporada más tarde al movimiento envolvente
que destrozaba todo lo que tocaba, en seguimiento a la
táctica o estrategia de
beneficiar a minorías, hacerlas privilegiadas, repartir
"canonjías", otorgar "favores" etc., a cambio del voto de
sus agremiados., y el "agachismo" de las agrupaciones.

Obviamente que los "patrones" fueron inmediatamente
catalogados como enemigos de la Revolución y los obreros
"cariñosamente" acogidos en su seno, pues representaban
seres explotados por las fuerzas capitalistas, y a algún
genio totonaca
se le ocurrió (o le "soplaron" ) llamarlos "derecha",
mientras que a los trabajadores, se le agrupó como
"izquierda". Los "patrones" o la "derecha" también tienen
su historia, pero como supuestamente es un ente diferente y
separado del gobierno, nos ocuparemos de ella en otro
escrito.

En la medida que México, lentamente, se fue
incorporando al mundo industrializado, con una visión muy
corta y tal vez afectada por una miopía crónica, se
fueron conformando las cuestiones obreras en torno a una
irresponsable legislación
laboral, parcial al 300 porciento a las causas obreras,
olvidándose, como ya se estaba haciendo costumbre, del
superior bien de la comunidad. El
pri-gobierno empezaba a "sacar las uñas" favoreciendo
minorías ‘favorables al gobierno’ y
olvidándose del superior interés de
la nación.

Todo por unos cuantos votos, sin darse cuenta que con
esas "acciones políticas" iba perdiendo poco a poco,
inexorablemente, la representatividad que lo soportaba como
institución, como partido., que le daba fuerza y
razón de existir.

No se va a entrar al tema de conocer que han dado los
obreros al gobierno, ni que ha dado este a los obreros,
sólo pasaremos a decir, que los obreros se convirtieron en
protegidos del gobierno, con razón o sin ella, y que los
lideres obreros fueron adquiriendo una estatura que muy pronto
rebasó al mismo gobierno. ¿No es así
Quina?

La creciente industria nacional, impulsada por un
proteccionismo de bastante corto alcance, surge con problemas de
fondo, primero por la necesidad de capital y tecnología extranjera
( porque no había ni lo uno, ni la otra), segundo por la
falta de un marco jurídico completo y adecuado a las
circunstancias del momento y con visión de futuro, que
garantizara la inversión de los que se arriesgaban a traer
su capital a México (con los antecedentes de las
atrocidades ocurridas a los mexicanos y a los extranjeros entre
1910 y 1925).

Al gobierno le pareció fácil intervenir
para "garantizar" la redituabilidad del capital invertido, siendo
"socio" de las empresas, (y premiando a sus seguidores con
"puestos" de importancia y alta retribución, y
colocándolos en posiciones "de poder" para el beneficio
propio y el de sus "compañeros" o miembros del club
exclusivo) con lo que, con un "plumazo legislativo", se
convirtió en lo que había combatido : en
propietario y/ó dirigente empresarial (se hizo una especie
de alianza o mezcla híbrida de gobierno-iniciativa
privada, con la iniciativa privada propiamente dicha, soportada
confusamente por las juntas de conspiración y arguendaje,
las profecos y fonacotes).

Empezó a ser parte y juez, empezó a estar
al mismo tiempo en los dos lados de la mesa y además, como
observador, con lo que propició una corrupción
administrativa que parece no tener fin, aunque lo más
grave del asunto, en la opinión de
Jerónimo, es que el gobierno aprendió
a usar la legislación no sólo para fines
políticos sino para fines económicos, ya que no
tenía que "rendir" cuentas a nadie, sólo dar
Informes.

Aprendizaje que
nos llevaría a la necesidad de "rescates"
costosísimos para el país, pues los muy "burros",
ni siquiera aprendieron bien.

En ningún País, el Ejecutivo tiene tanto
poder. En ningún país el Ejecutivo tiene tan pocas
restricciones. En ningún país se modifican leyes y
reglamentos con la frecuencia que se hace en México
(incluyendo la Constitución, la que, como dato meramente
informativo, ha "sufrido" hasta 1985, más de 300
reformas). En ningún país, las leyes y reglamentos
en vigor tienen tantas "lagunas" y fallas, como en México.
En ningún país, las leyes se convierten en
obsoletas con la rapidez que lo hacen en
México.

Suponemos que es a eso a lo que se refieren cuando el
pri-gobierno dice y se repite, interminablemente, que "somos un
país de derecho". (Aunque, por supuesto, podemos estar
equivocados).

Si a estos aspectos agrarios y laborales, le aumentamos
la terquedad del gobierno en convertirse en empresario y
en propietario de todo, seguramente porque leyó que
alguna republiquita bananera se transformó en ex bananera
cuando el gobierno estatizó la propiedad, o por alguna
mala traducción de escritos o manifiestos
comunistas, la cosa se pone peor, perdón, quisimos decir,
se puso peor.

Al pri-gobierno, orgullosamente emanado de la
Revolución, le vestía mucho ser propietario y estar
en ambos lados al mismo tiempo, además de que "aseguraba"
el material básico para sus informes : cifras,
números, gráficas, estadísticas" etc., y tenía acceso a
"lanita fresca", a dinero recién entrado, que siempre le
hace falta por andar gastando más de lo que
recibe.

La onda es, que se volvió propietario y
complicó extraordinariamente las cosas para si mismo y
para los demás, al surgir los inevitables conflictos
operacionales con sus "empresas" de Estado, paraestatales,
descentralizadas, organismos gubernamentales, Pemex, C.F.E.,
Ferrocarriles, Conasupo, Fertimex, UNAM, etc.,
etc., y anexas, que "arrastran" a la economía y a la sociedad en
cada conflicto que tienen No debería extrañarnos
que sean improductivas y que hasta reporten "perdidas". El
gobierno nunca ha sido buen administrador de
empresas, ni es su misión u objetivo.

Los objetivos "sociales" de las empresa, y
repetimos, enfatizamos, insistimos, de las empresas, sólo
se logran si se cumplen los objetivos económicos. Esto es
muy, pero muy, diferente a los objetivos del gobierno. Si el
gobierno, por una razón o por otra, se "mete" o
está "a cargo" de una empresa, su
responsabilidad es el éxito
económico de esa empresa, no andar con subsidios y
demás argucias, para "mantenerla a flote", y quedar bien
"con Los Pinos".

Como un ejemplo muy ilustrativo de esto, por andar
metido en esas ondas, el
pri-gobierno, cosa insólita, da marcha atrás en una
decisión importante y decide reprivatizar los bancos que
poquito antes, con gran trueno y fanfarrias, había
estatizado. La privatización bancaria se hace mal, a la
carrera, sin buena organización, casi como en Tianguis, se
venden al que dé más, o como fue, al que ofrece
más, aunque no tenga para darlo. Y así, se deshace
de la banca, deshace la
banca, y crea otro monstruo de Frankestein, que el ciudadano
tendrá que aplacar en los próximos años, y
para acabarla de fastidiar, da a los gringos otro pretexto para
meter sus narices en donde no les llaman, y en donde no
debería estar.

Empero, el gobierno se "allega" "dinero fresco" que le
ayuda a reducir su carencia de recursos, porque aunque los
cansemos con tanto repetir lo mismo, sigue gastando más de
lo que tiene, no aprende y no quiere reducir sus gastos.

Con esa terquedad prepotente, sigue empecinado en buscar
a toda costa más ingresos, recurriendo a la
trilladísima elevación constante de impuestos,
derechos, aportaciones, trámites, tarifas y los
demás elementos de que puede disponer (o que inventa para
el efecto) sin darse por enterado que la ciudadanía, no
"tiene" de donde "sacar" para sufragar todos esos pagos que se le
imponen, máxime, si es evidente, que se originan por
problemas internos de la operación misma de la maquinaria
gubernamental, ineficiente, mal planeada, peor administrada,
corrupta, etc., y no "por necesidades" de la
nación.

Cuando el concepto de la
"familia revolucionara" tenía validez, cuando el
pri.gobierno tenía autoridad moral y política,
cuando tenía, inclusive, prestigio, nadie pensaba en el
cambio, nadie creía necesario cambiar, sino seguir, aunque
fuera lentamente, hacia el rumbo indicado, ( que se creía
correcto) y cuándo el país, poco a poco, siguiendo
una inercia de "dizque" tradicionalismo, llegó a la
necesidad del cambio, la sacudida fue mayúscula. Como
decíamos anteriormente, el País, rebasó al
gobierno. Y muchos, al "sentir" la necesidad del cambio,
necesidad inminente o lejana, pensaban que sería el propio
gobierno el que nos llevaría, gradualmente a los
cambios.

Incluso la
personalidad dinámica, carismática, audaz, de
Carlangas, nos hizo pensar que íbamos en el camino
adecuado, pero el "error" de diciembre, el lodo y otras
porquerías que surgieron como consecuencia de eso,
reveló nuestra vulnerabilidad y lo equivocado del "modelo"
económico (y político) seguido hasta la fecha, y
nos hizo enfrentar la "cruda realidad", sin la venda
institucional en los ojos.

Ahoy como dicen por a’i, ya las cosas han cambiado
a tal grado que el pri-gobierno ya no es ni lo que era, ni lo que
debe ser. Está "desgastado", ya no es representativo. Los
logros que se tuvieron en el pasado, además de que se
cuestionan, se han visto minimizados por las circunstancias
actuales.

La corrupción, la impunidad, la pérdida de
credibilidad, han superado con mucho, los límites de
lo que es posible para el ciudadano soportar.

Ya no se cree al gobierno, ni lo que dice, ni mucho
menos lo que promete. Ya no se cree en el gobierno. Así de
simple, así de trágico. El Pri – gobierno, no
supo mantener su autoridad moral.

Nada que "huela a oficial" es bien visto. Muchas cosas
se hacen porque se tienen que hacer, pero se hacen con recelo,
con desconfianza, con "agravio", y desgraciadamente, buscando un
escape, una salida, un engaño, una forma de posponerla o
de evitarla, o de plano, se desafía abiertamente y se
incumple.

A nuestros gobernantes se les olvidaron los intereses
superiores de la nación, en la persecución y
búsqueda de sus intereses individuales o
grupales.

En la búsqueda de apoyos electorales, en el
exceso de protagonismo político, se privilegiaron
minorías olvidándose de las mayorías y en
algunos casos, hasta perjudicándoles. El gobierno se
dedicó a hacer política, a ampliarse, a
justificarse, a defenderse, no a gobernar.

No escucharon al pueblo, despreciaron al ciudadano que
decían y dicen representar. Sorprendidos por la capacidad
"de aguante" del mexicano, abusaron y volvieron a abusar,
siguieron abusando, hasta que llegaron al límite del cual
no podrán pasar. Han "des-oído"
voces de
protesta, han tratado de "minimizar" la crítica, han reprimido, han maniatado. Han
"negociado" los problemas, han pospuesto las soluciones. No han
tenido ni siquiera, la humildad del análisis
objetivo.

Para el año 2,000 ese es el tamaño de la
bronca. Sea por el PRI (lo que dudamos) u otro partido
político, el cambio es más que necesario, es
indispensable. Las circunstancias mundiales han cambiado tanto y
tan rápido que nos han superado. México mismo ha
cambiado tanto y tan rápido, que ha superado al gobierno.
Así de fácil.

El planeta y las naciones que lo habitamos, hemos
cambiado tanto en tan poco tiempo que México no puede
quedar aislado del pomposamente llamado"concierto de las
naciones"., en el que ocuparemos el lugar a que se haga merecedor
por el esfuerzo conjunto de los mexicanos ( con o sin Pri, con o
sin "gobierno").

Cierto es que a nuestros vecinos no les conviene un
México fuerte y desarrollado, porque nuestra dependencia
del dólar sería menor, y porque con suerte, mucho
trabajo y una
nueva actitud nacional, se va a lograr salir de ella, y
además, porque ellos ya no las tienen todas consigo.
Tienen larga "cola" que les andan pisando, problemas internos
erosionantes, algunos de los cuales pueden ser progresivos y
hasta mortales, y externamente, andan metidos en tantos rollos en
donde nadie les llama que no los pueden manejar adecuadamente.
Pero todo eso es irrelevante, México debe hacer lo que a
México conviene, guste o no en USA.

Ahora bien, ya encarrerados,
Jerónimo advierte que al igual que al PRI, a
los USA les debe "poder mucho" la posibilidad de perder lo que se
tiene. Unos el poder político, otros el poder
económico. ¡Aguas! No es bronca menor.

Carlos Fuentes,
menciona que conocemos y queremos dar los pasos para un transitar
a la democracia, pero para eso se requieren muchas cosas y
además, se requiere un líder.
Y ahí, parece estar otra de las fallas de nuestros
partidos
políticos. La falta de líderes. Del PRI, ni nos
extraña, pues su líder es, ha sido y será el
presidente en turno, tenga o no, cualidades de líder,
simplemente, porque está en Los Pinos, y el mismo sistema,
opaca y niega cualquier "posible" hasta que recibe el "dedazo" (o
la nueva forma que está cocinándose).

En ese momento, se convierte en "el hombre" ,
el genio que nadie conocía, escritor excelso, poeta,
campesino y dramaturgo, carismático negociador y
politólogo con gran experiencia, historiador
emérito y graduado en Nigeria, Zimbawe y Barbados (en
sólo tres años), de impecable "carrera" y
experiencia en el "servicio
público", la perfecta solución, el candidato
ideal… muy parecido a las antiguas "virgencitas" que se
"guardaban" para su noche de bodas.

En los otros partidos ha habido líderes, pero por
una u otra cosa, o no han trascendido, o no han vivido lo
suficiente para trascender.

En el momento actual (agosto de 1999) los
partidos político mexicanos están en una
mini-crisis (tal vez a propósito) por la aparente falta de
unidad tanto en los principios que los sustentan, como en el
líder que los conduzca. De una manera u otra, se
pondrán de acuerdo internamente (o imitando el "dedazo") y
saldrán a la luz los elegidos
para el proceso electoral del 2,000.

Entonces, suponemos, porque no se ha dado, será
el momento en que se establezcan con claridad y transparencia las
acciones concretas que se van a seguir para cumplir las promesas
de campaña.

Jerónimo nos dice, que por alguna
parte leyó que Enrique Krauze, La Poniatoska (o algo
parecido ) o Lorenzo Meyer escribió que el PRI estaba
estructurado como la Mafia siciliana, con las reglas
típicas de las sociedades
secretas, fidelidad ciega e incondicional, férrea disciplina ,
coerción inmediata y brutal, extrema vigilancia y supervisión estrecha, el capo es intocable,
el capo saliente debe guardar silencio, el entrante no debe
atacar a los anteriores, las "desviaciones" son severamente
castigadas, se establece una especie de monarquía hereditaria, sólo los
miembros, y de éstos, sólo los elegidos, pueden
llegar a ser capo’s, etc., reglas que con la debida
distancia, y sin pretender comparaciones o buscar similitudes
artificiosas, "suenan" muy cerca de lo que se dice o "se sabe "
de la
organización interna del PRI.

Jerónimo lo menciona, porque en el
PRI, ha habido algunos "rompimientos" de reglas, escritas o no,
que muestran con claridad la falta de unidad actual en el
"partidazo", y como ejemplo, señala las declaraciones de
los pre candidatos en donde además, de tirar pedradas a
los otros tres, cada uno "embarra" al partido y a los regimenes
anteriores con sus declaraciones, y aún más, porque
Echeverría, ya ex presidente, fue el primero en "tirarle
con todo " a Carlangas y su incómodo hermanito, y
siguiendo su ejemplo, muchos otros personajes de anteriores
administraciones, ahora descuidando " sus puestos", por la
búsqueda de "su acomodo" en el próximo sexenio,
andan haciendo lo mismo : aventar tierra a diestra y siniestra,
embarrando a las anteriores administraciones, y al partido, en
casi todas sus declaraciones.

¿Es eso, unidad?… esas acciones,
¿demuestran un partido unido, fuerte, seguro de si mismo?
Para nada.

Tampoco se puede decir que esa "desunión" es
nueva o reciente. Bastaría con revisar, sin profundizar
mayormente, en los listados de afiliados a los demás
partidos políticos para darse cuenta que están
"llenos" de ex priistas, que, por convicción (?), o por
simple "acomodo" ahora, "militan" en la
oposición.

Independientemente de que las mencionadas reglas sean o
no aplicables, existan o no, si se puede apreciar que
"costumbres" o "hábitos" priistas seguidos anteriormente y
conocidos por todos, no han sido seguidos por los actuales
militantes, y eso no es solamente una evolución, sino que representa una
división en la coherencia partidista, en la estructura
monolítica que caracterizó al Pri de los buenos
tiempos, pues si bien no se aprueba el ataque personal como
motivo de campaña, la crítica a los actos de
anteriores administraciones no se ha dado en el contexto de una
admisión de errores, o de un pronunciamiento para
"corregirlos" o para no repetirlos, sino que ha sido un "avienta
piedras" a ver "a quien le tocan", con lo que las pre
campañas están al nivel más bajo que nunca
hayan tenido, con escasa o poca calidad, nulo
comportamiento
ético y respeto, de gusto
muy debatible, y definitivamente, muy, pero muy por debajo de lo
que se está buscando.

Señores. Por favor… Se trata de la Presidencia
de la
República, no de ver quien dice más leperadas,
quien hace más "gracejadas" o quien resulta más
alburero.

Hasta ahora, todos los precandidatos del PRI, y
también los candidatos de la oposición, hablan de
la corrupción, de la inseguridad,
del empobrecimiento, del desempleo, etc.,
todos usan temas comunes, aunque lo manifiestan de diferentes
formas, desde el vulgar y majadero, hasta el sofisticado, pero
ninguno, nos ha sorprendido, ni con un tema "nuevo", ni nos ha
hablado de algo que no vivamos y conozcamos
cotidianamente.

Nos han "llenado" de publicidad,
alguna "dizque" ingeniosa, otra francamente denigrante aún
para el mismo candidato. Casi todas "con retrato" y con "slogan"
publicitariamente huecos, o frasecitas insulsas, vacías,
sin significado, intrascendentes, uniformemente mediocres, sin
mensaje, sin motivación

Ninguno, tampoco, ha presentado programa
específico, su plan de gobierno,
o su como diablos le llamen, en donde esté establecido,
por escrito, en vivo y a todo color, QUE va a
hacer, COMO lo va a hacer, CUANTO va a costar, en que FECHAS,
etc. etc., etc., para que la gente pueda analizar las diferentes
propuestas y votar conscientemente, libremente, con cierto grado
de convencimiento, por aquel que PAREZCA responder mejor a las
expectativas de la ciudadanía.

Parece ser, que ya se les olvidó, que han sido
muchos y en muchas formas los que han prometido "combatir" esos
aspectos. Combatir… no es ganar. No basta con combatir. No se
requiere que nos digan que van a combatir. Eso es infantil. Lo
que se requiere es que digan cómo van a ganar. (No con la
ayudadita de mi manager o la Virgencita.). Defínanse…
por favor.

Coincidimos con las palabras de línea dura
expresadas por Salinas de Gortari en respuesta a un
cuestionamiento: "no hay más ruta que la nuestra", dijo.
Esa debe ser la cosa. Firmeza, seguridad, ruta
concreta, pero no a lo tarugo… se debe crear la ruta,
diseñarla específicamente para nuestras
necesidades, no andar haciendo adaptaciones, ni copias de
modelitos bananeros, o variaciones al modelo que ya probó
su ineficacia.

Como se decía anteriormente, hace falta
imaginación, audacia, conocimiento,
identidad (no nacionalismo
recalcitrante y absurdo) para "crear" un México nuevo, el
México que vamos a dejar a nuestros hijos y a nuestros
nietos. ¿Tenemos el patriotismo, la audacia, el
compromiso, los conocimientos, la actitud y la
determinación suficientes pata hacer ese México que
queremos? ¿Estamos dispuestos a más sacrificios y a
enfrentar problemas graves dentro y fuera del país, para
lograr enderezar el rumbo?

La cosa, dice Jerónimo, es que
estamos seguros que
sí. Pero hasta ahora, nadie ha presentado el modelo
alternativo diferente, que corrija errores, etc., sólo se
han "esbozado" variaciones al actual. ¡Agua!

¡Aguas! porque siempre se termina gastando
más de lo que se tiene y hay una deuda externa
considerable que tiene que ser pagada y levantar esa pesada loza
a las futuras generaciones, y también hay una deuda
interna, de la que poco se habla pero que ahí está
( n poco "agazapada" pero que en cualquier momento saldrá
a fastidiar a los ciudadanos ). Aguas, porque cada día hay
más mexicanos que NECESITAN llevar a sus casas "lo
suficiente" para una vida digna y gozar del prometido bienestar
que nunca ha estado a su verdadero alcance, ni se le ha
proporcionado el "sistema" adecuado para lograrlo con el trabajo
cotidiano.

¡Aguas!, sí, aguas, porque no tenemos un
capitalismo
fuerte, porque no tenemos una democracia establecida y
funcionando, porque no tenemos una población contenta,
económicamente segura políticamente conforme.
¡Aguas! porque se han descuidado los aspectos humanos y
sociales de la economía y de la política, porque se
ha centrado la atención y la actividad en la macroeconomía y las necesidades del Estado,
y no en la microeconomía y las necesidades del
ciudadano.

¡Aguas! porque nuestro sistema político y
económico, está erosionado y tiene muchas fallas y
lagunas jurídicas. Porque nuestra "división de
poderes sólo es una entelequia de papel que no funciona en
la realidad. Porque el gobierno ha funcionado y funciona por
encima, por abajo y a cualquier lado de la
Constitución.

¡Aguas! porque no se han creado y establecido
reservas para contingencias petroleras, para movimientos
bursátiles, para desempleo, para temblores e inundaciones,
y finalmente ¡Aguas! Porque a muchos se les ha olvidado que
EL GOBIERNO NO ES MEXICO, el ciudadano ES
México.

Y para terminar, Jerónimo quisiera
ofrecer una disculpa si en alguno de los párrafos
anteriores, cita textualmente sin indicarlo a cualquiera de los
escritores que dieron pié a estas líneas, pero, si
así es, fue totalmente involuntario de parte de
Jerónimo y obedece simplemente, a que su
inconsciente lo traicionó al no encontrar una forma mejor
o diferente de decirlo o no contar con el vocabulario adecuado.,
y sin embargo, Jerónimo quiere aprovechar
esta ocasión, para ponerse a sus órdenes y recibir
comentarios y sugerencias en Internet : Windows
Live/Spaces/ Jerónimo, el Ciudadano.

{Y que conste que para cuando se escribió esto,
el tal AMLO ni siquiera figuraba en el panorama
nacional}.

Notas técnicas:
Páginas 13. Palabras 8,938. Caracteres 55,266.
Párrafos 136. Líneas 725.

 

 

 

Autor:

Javier Torres Landa

Partes: 1, 2
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